DIBUJOS ANIMADOS ESPAÑOLES 1941 (CINEMA)

LA MAQUINA DE HACER PELICULAS 
Recorremos una a una todas las habitaciones donde están instalados ahora los estudios de cine, que han sido celebrados como "los más pequeños del mundo". Nos detenemos ante una máquina don­de las leyendas y cuentos infantiles llegan a hacerse realidad graciosa a nuestros ojos. El dibujo recogido por la cámara tomavistas es el sésamo que abre esos maravillosos sueños de la imagina­ción Y de la esperanza. Esta máquina simple, ob­jeto de tantos afanes—nos dicen uno y otro con voz bien timbrada de orgullo legítimo—, nos ha cos­tado extraordinarios trabajos. Y hoy funciona, pese a su apariencia sencilla, como cualquiera de las gue puedan existir en los Estudios de Hollywood. Pepe López Rubio, que ha visto una y otra, ha di­cho, con su buen humor característico, cuanto se pueda decir en su elogio.He aquí lo que constituye la máquina:Una cámara tomavistas, cuyo disparador funcio­na automáticamente, gracias a su conexión con el mecanismo de un ionóqrafo eléctrico, y que en su foco es regulado, dada la posición del objetivo hacia abajo, por una transmisión con "nonius" para la abertura del diaíragma; una resistencia primiti­va, a la que da apariencia de máquina eléctrica; un voltímetro colocado encima y un recuadro con funcionamiento lo más automático posible— [oh, el inefable pedal que lo abre y cierra, dándole aspec­to de viejo coche-automóvill—, un fondo movible y de posibilidades amplísimas para realizar toda clase de trucados, todas ios maravillas que se ven en las mejores películas de dibujos y, por último, un soporte de madera pintada en gris que une a todas estas distintos piezas y da a toda la má­quina, con su aspecto de construcción casera, el carácter que tanto asombrara a López Rubio y a cuantos la contemplaron. Así han substituido un material costoso y, sobre todo, dilícil de encontrar, por el secreto técnico que ha rodeado durante mu­cho tiempo a estas instalaciones y más aún por la verdadera dificultad de adquirirlo.
 POSIBILIDAD DE TODA CLASE DE TRUCADOS
 Lo mejor de ella está en la posibilidad de rea­lizar toda clase de trucados, aparte de los que en sí mismo p>ermite realizar e! dibujo. Pero, además, la inversión de ia manivela, los fondos deslizables, que es posible obtener en la máquina, todo lo que es necesario, se realiza aquí a las mil ma­ravillas.Unas salas con amplias mesas de dibujo, cuyos tableros aparecen repletos de lápices, pinceles, películas, colores, completar» la modesta instala­ción, Hay ya numerosos dibujantes; entre ellos, Bellón, Esteban Torres, Ramón Espliguero, y un buen número de ayudantes, entre los que figuran numerosas chicas, y cuyos nombres están ya aso­ciados a esta formidable tarea de producir buenas Películas españolas de dibujos. Cuentan con la co­laboración musical de luán José Mantecón, la fo­tográfica de Arturo Ruiz Castillo y la literaria de Manuel Abrí! y Fernando Jiménez Placer, En una de las habitaciones, la mesa de Tauier, material­mente repleta de dibujos, ,a los que ahora acaba de dar los últimos toques. 
PASADO, PRESENTE Y FUTURO 
—Hay que tener en cuenta—nos dice Maortua— due las grandes películas de dibujos ioeron sólo posiHes gracias al extenso mercado mundial de que disponía Norteamérica. Sólo asi pudo hoiblarse de películas que requerían millares de dibujos y legiones de dibujantes. La creación de espacios económicos más reducidos, originadc« por la au­tarquía en unos países, por las repercusiones de esta, a su vez, en otros, y, por último, por ia ex­tensión de la guerra, que afecta en realidad a todos, ha impuesto, incluso a las mismas películas atnericonas, una forzada reducción de medios, y así vemos, aun en esas películas procedentes de los estudios calilomianos, los dibujos mezclados a,®scenas tomadas del natural, a fotografías ob­tenidas, como en películas normales, directamente por la cámara.El jwsado, espléndido y fantástico de esta clase de películas, no puede volver, por ahora, si al pro­ductor no le compensa el mercado de los cuantio­sos gastos hechos en su realización. El presente lo constituye, según vemos en las últimas películas yanquis, estos dibujos mezclados a las escenas na­turales.El futuro, tras las últimas y magníficos experien­cias obtenidas en el perfeccionamiento de! tecni- TOlor, está lleno de esperanzas. Una sintonía de co­imes, unawiqueza cromática, a la que sólo puede poner trabas el gusto, el capricho, las cualidades artísticas de los dibujantes, harán las delicias de IOS espectadores en los cinemaíógraíos. Es un por- ^nir tan próximo, tan inmediato, que parece dis- wnsornos de la consabida frase; “iQuién puede hablar del luturol" 
Luis ANTA







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